'EL OTRO BRUCE LEE'
- Acrimonious00
- 22 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Rumanía se proclamó en 1947 como República Socialista.
Dos décadas después, en 1967, asumiría el poder el Nicolae Ceausescu, implantando una política dictatorial personalista y autárquica, marcada por la brutalidad y la represión.
Nacionalismo exacerbado, culto a su personalidad, autoritarismo y deterioro de las relaciones internacionales fueron características que definieron su régimen y causaron la sublevación popular que, influenciada por el contraste de las reformas liberales que tenían lugar en el resto de países de Europa Occidental, terminó por derrocarlo en diciembre de 1989.
Las consecuencias económicas del periodo socialista rumano se vieron agravadas por una serie de desastres naturales que asolaron el país durante los años posteriores, resultando en una situación trágica de atraso y subdesarrollo.

Unos de los grandes damnificados serían los no pocos niños y niñas que habían sido acogidos por el precario sistema de orfanatos estatales, y que quedaron abandonados a su suerte. Es importante tener en cuenta que, al prohibirse durante el régimen de Ceausescu tanto el aborto como los métodos anticonceptivos, no es descabellado cuando se especula que el número de niños que acababan en estos orfanatos podría contarse en centenas de miles.
Viviendo en las calles descubrieron una alternativa: los túneles subterráneos que recorren la ciudad de Bucarest, antaño un proyecto abandonado del propio dictador para la instalación de un sistema calefactor para la ciudad, terminaron por convertirse en el nuevo hogar de muchos.

Este mundo subterráneo creció y se desarrolló dando lugar a una pseudo-sociedad clandestina a aproximadamente 10 metros bajo tierra que cuenta con recursos como agua, comida e incluso electricidad.
Llegamos así al protagonista de nuestra historia: Bruce Lee.
Así se hace llamar el líder indiscutible y autoproclamado rey de los túneles que recorren la capital rumana. Su reino es el de los marginales y los drogadictos, en él, la tuberculosis y el VIH son la norma. Bruce Lee les acoge y cuida, les alimenta, les protege, les organiza y, en lo que respecta al consumo de drogas, les suministra y controla al mismo tiempo.

Su verdadero nombre es Florín Hora, y fue también uno más como los cientos de huérfanos indigentes a los que ahora adopta y que forman parte de esta “familia” que ya va por la segunda generación, en la que la miseria y el compañerismo son características a partes iguales.
Para ellos Bruce es, al mismo tiempo, sus madres y sus padres. Les dio un hogar.
Bajo sus direcciones llevaron a cabo la “civilización” de los túneles, que han pintado y arreglado para hacerlos, dentro de lo posible, habitables. Bruce tiene mucha labia y carisma; e incluso en cierto modo, aires de predicador.

Bruce Lee solía vestir con una chupa de cuero destrozada y unos pantalones anchos, ambas prendas repletas de candados y demás colgantes metálicos y brillantes.
De su cuello colgaban numerosas cadenas de distintos tamaños, y otras tantas cubrían sus brazos, ocultando las cicatrices y escarificaciones que él mismo se produjo en su juventud, fruto de la desesperación y la miseria.
Su pelo, cuando no lo llevaba rapado al cero, le gustaba cubrirlo con Aurolac, un producto industrial diseñado para la reparación de estufas, con el que también comerciaba y del que él y muchos de sus seguidores abusan como inhalante.

Muchos trabajadores sociales y autoridades locales conocían de su existencia y estaban al corriente de las actividades ilegales que lideraba, pero una gran parte de ellos las toleraba, ya que, sin considerarle alguien bondadoso, reconocían que la existencia de muchos de sus protegidos sería considerablemente peor sin él.
Aunque muchos de ellos delinquen e incluso se prostituyen para sobrevivir o drogarse, es también innegable que Bruce Lee les ofreció una especie de dignidad y todos le profesan un profundo respeto, cariño y agradecimiento.
Es por ello que su arresto, el 21 de julio de 2015, fue tan polémico; criticado no solo por la opinión popular, sino también por muchos expertos que no la consideran una solución efectiva. Argumentan que un nuevo líder ocupará tarde o temprano su lugar, y temen que comparta con Bruce los defectos como el gusto por las actividades delictivas, pero no sus virtudes como la piedad con sus seguidores.

Florín Hora fue arrestado a los 41 años de edad y cumple 13 años de condena por tráfico de drogas.
Fotógrafos como la japonesa Jen Tse o el holandés Jools Vandebrug, se han adentrado en estos túneles para documental el estilo de vida marginal y precario de sus habitantes. El trabajo de este último ha resultado en una película documental que, rodada a lo largo de 8 años, nos muestra la vida de Nicu, uno de los huérfanos adoptados por Bruce Lee.
El documental, titulado ‘Bruce Lee and the Outlaw’ fue estrenado el 8 de junio de 2018 en Reino Unido, dura 1 hora y 28 minutos y ha ganado premios en festivales como el Munich International Documentary Festival o el Busan International Film Festival.
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