2020
- Acrimonious00
- 1 ene 2021
- 1 Min. de lectura
2020 en pleno año VIII.

En pleno año VIII.
Después del fin del mundo,
según los Mayas.
O después del fin de mi mundo,
según yo mismo.
Este año en el que septiembre ha sido octubre,
y ha durado tres meses.
De momento.
Si no puede ser codo a codo será a codazos, dijeron.
Y así tuvo que ser.
Porque para alzar el puño hay que tener las cosas claras.
Porque no puedes errar un golpe cuando sientes que te falta el aire al que golpear.
Estoy en ese confuso punto intermedio entre querer sonar de fondo y ser un solo de Hendrix.
Y puede ser que yo acabé igual,
que todas esas gentes cuyas vidas desprecio
con la soberbia que me otorga
una mente inconformista desencantada antes de tiempo.
Hace ya (bastante más que) un par de pensamientos que tengo miedo.
A darme cuenta de lo que en realidad ya sé.
A no poder seguir convenciéndome de que no es tal,
la certeza de mi mediocridad que me golpea tan sutil como insistente.
A ser, como ya soy, ateo. Pero esta vez habiendo perdido la fe.
Golpe bajo a la autoestima.
Y Caronte ya no me fía. No acepta que le pague a la vuelta.
Impactante final. Me encanta!